DANZA CONTEMPORÁNEA
La danza contemporánea surgió como una reacción en contra de las posiciones y movimientos estilizados del ballet clásico, alejándose de su estricto criterio tradicional y romántico, de cualquier código y regla académica. Fue conocida después de la I Guerra Mundial y ha sido la portadora de una importante función: la comunicación.
Según muchos, esta danza se define más a través de lo que no es que de lo que es. En la danza contemporánea la dinámica del cuerpo proviene de la energía de la persona haciendo que el movimiento alcance cada parte del cuerpo. El espacio es utilizado como una vía natural de expresión a través de cada gesto y del dinamismo del movimiento.
Influenciada por diferentes estilos que fueron desarrollados durante el último siglo en América y Europa, sólo uno de ellos es permanente en la danza contemporánea de hoy: la libertad.
Su ejecución no sólo se desarrolla en posición vertical, es tan rica que se pueden usar diferentes posiciones y niveles. La forma en la que ocurre es siempre caracterizada por la simplicidad y elegancia de su técnica.
DANZA INTEGRADA
La Danza Integrada es una forma de danza donde bailan conjuntamente personas con alguna discapacidad y personas sin discapacidad. Son grupos heterogéneos donde todos aprenden de todos. Los cambios ocurridos en la danza durante el siglo XX han ayudado a que ésta pueda incluir a personas con discapacidad. La danza Contemporánea habla del cuerpo plural y especialmente la danza postmoderna o Nueva danza se centra no en enseñar un estilo con pasos fijos, sino en investigar los principios básicos de movimiento de acuerdo a las estructuras físicas y emocionales de cada individuo. Las estructuras de composición también evolucionan abriendo la danza a nuevos espacios, nuevos sonidos y diferente relación con el público.
La danza Integrada empieza a tener difusión y aceptación tanto por su aporte renovador al arte de la danza y las artes escénicas como por su labor de integración social. Así mismo conlleva aspectos terapéuticos como cualquier otro camino de investigación artística que trabaje con los deseos y necesidades de las personas y su entorno. Gran parte de estas coreografías conscientemente acercan la atención del espectador a ese vacío que se produce entre los estereotipos y la realidad de las vidas físicas de los bailarines.
LOS OBJETIVOS DE LA DANZA INTEGRADA
· Desarrollar un proceso de trabajo donde las personas con y sin discapacidades se reúnan para el aprendizaje, la comunicación y la creación artística.
- Capacitar a profesionales del área de la danza, educativa y artística en una pedagogía de la danza y el movimiento que incluye a todas las personas, más allá de su edad, cultura y limitación física, sensorial, intelectual ó síquica.
- Construir una comunidad artística que incluya a todas las personas, más allá de su discapacidad, experiencia o cultura.
- Crear espectáculos de Danza Integrada que desafíen las barreras actitudinales y prejuicios del público al provocar un cambio de percepción de la estética del movimiento y la apreciación de diferentes tipos de cuerpos.
· En esta danza se quiere encontrar lo que es posible en vez de lo que parece bonito. Porque lo que es posible entre individuos muy diversos crea y recrea una estética basada en la presencia de la acción y no una estética que atiende a modelos prefijados.
En el caso de la discapacidad física la silla de ruedas, los bastones, andadores o cualquier otro elemento se considera como prolongación del cuerpo de los bailarines. Éstas son las claves para que se dé cabida en la danza a personas con discapacidad, porque sus cuerpos caben dentro de ese ideal estético de cuerpo integrado, cualquiera que sea el tipo de cuerpo. Es el cuerpo vivo y cambiante de la acción en movimiento y no el cuerpo de la imagen prefijada. La filosofía que subyace a esta metodología es que cada cuerpo, discapacitado o no, es único y presenta nuevas oportunidades para explorar los posibles movimientos.
LA DANZA INTEGRADA ES INCLUSIVA
Danzar es saber cómo funcionan nuestros cuerpos, saber y estar cómodos con su diferencia y saber cómo pueden (a pesar de sus diferencias) ser el vehículo para la completa expresión de lo que significa ser humano. Adam Benjamin.
Las expectativas de danza para una persona con y sin discapacidad que nunca ha bailado, son reducidas. La imagen que tiene de los cuerpos que bailan, a los que ha contemplado en escenarios, es que son cuerpos maravillosos, que giran, saltan y se lanzan al suelo sin ningún problema. Algo así como otra clase de humanos. Esta sensación se acrecienta para las personas con discapacidad física. Las imágenes de lo que es un cuerpo bailando son tan unilaterales que a pocos se les ocurre que para bailar se pueda hacer de otra forma, incluso que la danza pueda ser otra cosa, otra forma de moverse distinta a la que estamos acostumbrados a presenciar, a pesar de que la danza moderna y posmoderna (danza contemporánea) lleva más de un siglo planteándose estas cuestiones. Es por ello que en una clase de Danza Integrada hay que ofrecer una serie de metodologías que rompan esas pre-concepciones para posibilitar a los participantes otra experiencia de su cuerpo en movimiento a la vez que nuevos materiales desde donde crear la danza.
En el caso de la discapacidad física la silla de ruedas es parte del cuerpo de los bailarines. La experiencia del espacio, aún siendo totalmente distinta para las personas con minusvalía, no les es negada. Alguien que utiliza una silla de ruedas, muletas o prótesis para andar, tiene una experiencia del espacio totalmente diversa a la de la mayoría. Las prótesis ya no son percibidas como obstáculos al movimiento, sino integradas como extensión del propio cuerpo y por lo tanto partícipes de la expresión en movimiento.
Vemos que al bucear en la especificidad de la danza protagonizada por cuerpos diferentes a la normalidad, encontramos imágenes que son metáforas poderosas de las relaciones válidas para todo tipo de personas. La categoría de capaz/ incapaz se desmonta, sin necesidad de obviar las diferencias, sino resaltándolas.